Fino

Este cultivar corresponde al clementino original, surgido a finales del siglo XIX en Argelia, tras un cruce natural entre un mandarino Mediterráneo y un naranjo dulce. Se introdujo en España en 1925, donde se le conoce como Clementino Fino. Tiene gran calidad organoléptica y es muy aromático, aunque varía según el patrón sobre el que se injerta. Ha tenido poco recorrido comercial a causa del pequeño tamaño de los frutos, su poco aguante en el árbol y la irregularidad de las producciones (vecería). Por el contrario, es el origen de muchos clementinos, en España y otros países.

Árbol vigoroso de forma redondeada. Hojas lanceoladas, de color verde poco intenso y numerosas. Fruto oblato, de tamaño medio a pequeño. Corteza fina de color naranja intenso, aromática. Pulpa de extraordinaria calidad, con buena cantidad de zumo, equilibrado en su contenido de azúcar y ácido. Sin semillas si se cultiva aislada.

Consumo en freco.