Tachibana

Tachibana es uno de los dos cítricos ancestrales de Japón, junto con Shikwasa. Sólo se encuentra de manera salvaje en algunas islas de Japón y en Taiwán. Se asume que es descendiente de los primeros mandarinos, originados en Asia continental. Pese a ser un mandarino no comestible en fresco es de gran importancia en Japón, donde se le venera desde la antigüedad.

 Árbol pequeño, de copa redondeada y sin espinas en sus ramas. Hojas pequeñas y anchas, no similares a las típicas de mandarino. Frutos pequeños, esferoidales y aplanados por ambos polos. El polo apical se encuentra característicamente deprimido. Corteza poco rugosa al final de la maduración, cuando alcanza un color amarillo rojizo. Pulpa blanda y jugosa, que ofrece un zumo ácido de atractivo color. Presenta pequeñas semillas.

El árbol se ha empleado como portainjertos en el cultivo de cítricos y tiene valor ornamental. De sus frutos, la corteza del fruto verde tiene usos similares a la de Yuzu y el zumo, tanto de frutos verdes como maduros, es un buen condimento para sopas y pescados.